En el Satanismo Espiritual es una virtud ser honesto. Ser honesto no siempre es fácil y requiere mucho trabajo interior.
Cuanto más honesto sea uno consigo mismo y con los Dioses, más rápido será su progreso.
Como los Dioses conocen a la humanidad por dentro y por fuera, tratar de actuar con engaño hacia ellos es tonto e innecesario. Sólo nos engañamos a nosotros mismos. Somos nosotros los que más sufrimos con nuestras propias mentiras. Muchas veces, nos mentimos a nosotros mismos para ocultarnos, de nosotros mismos.
La honestidad externa, estará fuertemente relacionada con la honestidad interna.
Levantar los velos de la mentira, la ilusión y la falsedad está correlacionado con la honestidad. Como virtud externa de nosotros mismos, la honestidad está relacionada con la Verdad, la formación de vínculos humanos y sociales sanos, por lo tanto, un mejor estado de vida que amontonarse en la deshonestidad.
Maldito será el mentiroso a los ojos de los demás, ya que a nadie le gustan los mentirosos. El verdadero objetivo importante para esto, es la honestidad hacia donde se dirija la honestidad. Porque sabemos que a nadie le gustan los mentirosos, pero también hay muchos en el mundo, a los que tampoco les gustan los que dicen la Verdad.
En el Satanismo Espiritual, entre los nuestros, la integridad y la honestidad es el nexo de unión entre nosotros y los Dioses.
Más cerca estará el hombre honesto de traspasar el velo de las mentiras sobre sí mismos; cuanto menor sea la voluntad de mentir sobre y a uno mismo, más se reducirá la voluntad de mentirnos a nosotros mismos y a los demás.
"Azazel, Señor de la Justicia,
Enséñame a ser honesto,
Pues debo ser ante todo honesto conmigo mismo,
Tanto que, el engaño huya lejos de mí,
Lejos de aquellos que participan en el Gran camino de los Dioses!"
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