Meditación de la llama

Método Uno:

1. Enciende una vela y mira fijamente la llama durante aproximadamente dos minutos. Asegúrate de que tu atención no se desvía.

2. Cierra los ojos, coloca las manos en una posición relajada, con las palmas sobre los ojos, y concéntrate en la huella de la llama en la oscuridad. La imagen tenderá a moverse a través de su área de visión. Siga buscándola, tráigala de vuelta y siga concentrándose en ella durante aproximadamente cuatro minutos.

3. Relájate, vacía tus pensamientos y sintoniza con tu respiración durante unos minutos, concentrándote sólo en cada respiración.

Para qué sirve este ejercicio:

Este ejercicio prepara la mente para la concentración unipuntual, tan importante para cualquier trabajo psíquico/astral. En una persona normal, los pensamientos se dispersan y se disipan en la nada. Con una mente entrenada que puede concentrarse intensamente, los pensamientos son unívocos, enfocados como un láser, y tienen poder. La concentración total marca la diferencia en el trabajo astral. La voluntad también se desarrolla con este ejercicio, ya que una voluntad poderosa no cede a la distracción. No te frustres ni te impacientes contigo mismo. Es normal que los pensamientos se cuelen para distraerle al principio. La concentración total lleva tiempo y, para la mayoría de la gente, es uno de los aspectos más difíciles del entrenamiento de la mente.

Método Dos [intermedio]:

1. Concéntrate en la llama durante varios minutos

2. Cierre los ojos y coloque las manos en una posición relajada en forma de copa, con las palmas sobre los ojos y concéntrese en la huella de la llama en la oscuridad. La imagen tenderá a moverse a través de su área de visión.

3. Manteniendo los ojos cerrados, acerque la llama. Muévala hacia delante y hacia atrás. Cuando domine el movimiento y el control de la llama, intente entrar en la huella. Verá que la huella empieza a compactarse y a cambiar de color. La imagen brillante cambiará a rosa, luego a rojo y se oscurecerá.

4. Repita el ejercicio si lo desea.

¿Para qué sirve este ejercicio?:

Este ejercicio entrena la mente y el tercer ojo para dirigir la energía psíquica.

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