XVII. Ética de la reencarnación

En el Satanismo Espiritual es un conocimiento dado y aceptado que la reencarnación es una realidad factual.

El proceso de esta es santo y sagrado, porque los Dioses instauraron estas reglas para que los humanos no perecieran, sino que al final se convirtieran en seres infinitos y eternos como ellos.

Reencarnaremos una y otra vez hasta completar el Magnum Opus o la Gran Obra de los Dioses.

El conocimiento de la reencarnación, produce además, tres imperativos:

1. Trabajar en nosotros mismos para alcanzar nuestro más alto potencial en esta vida, ya que nuestro tiempo es precioso y todo será llevado a nuestra próxima vida, que está fundada dentro de nuestras almas.

2. Dejar tras nosotros un mundo mejor, o al menos cosas mejores en la medida de nuestras posibilidades. Tendremos que vivir en las generaciones futuras para las que nos esforzamos en construir, o en las vencidas que no nos molestamos en construir.

3. Nuestros actos, positivos o negativos, nos siguen y se construyen sobre nosotros. Esto permite un potencial infinito de evolución hacia arriba o hacia abajo.

4. La familia, la ascendencia, nuestro pueblo y nuestra especie, tienen una importancia excepcional y representan la existencia inmortal de nosotros mismos ahora y en las generaciones futuras.

El aumento o disminución de todo lo anterior, es una cuestión que la reencarnación nos volverá a poner delante.





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