Los Orígenes Judíos del Cristianismo
Los siguientes son extractos de "La Biblia del Hombre Blanco" y "La Religión Eterna de la Naturaleza", ambos escritos por Ben Klassen. Aunque están escritos desde una perspectiva atea, se pueden ver fácilmente las verdades relativas al engaño del cristianismo. El problema es que los ateos desconocen los poderes psíquicos y cómo pueden ser utilizados para hacer que la gente caiga en esta mentira:
Alrededor del año 100 a.c. una pequeña secta judía, llamada los esenios, se originó alrededor de la zona del Mar Muerto. Esta secta promovía ideas de autodestrucción que eran altamente suicidas para aquellos que abrazaban este credo. Hacia finales del siglo I de nuestra era, esta enseñanza evolucionó hacia el cristianismo, pero seguía siendo un culto puramente judío. Fue considerado como un movimiento subversivo y destructivo por la corriente principal de los líderes judíos y fue opuesto y perseguido por ellos. Entre los perseguidores del culto cristiano estaba un tal Saulo de Tarso, judío, que más tarde se convertiría en el San Pablo del cristianismo. Un día, mientras perseguía a los cristianos (judíos), concibió la brillante idea de humillar y destruir el poderoso Imperio Romano vendiendo este credo suicida, el cristianismo, a los gentiles.
Esta idea fue el punto de inflexión más importante de la historia. Ninguna plaga, serie de plagas, guerras o desastres durante los siguientes dos mil años ha causado una calamidad más horrible en la raza blanca del mundo que lo que ocurrió después. Tan bien hizo Saulo de Tarso su trabajo que pronto se le unió y respaldó toda la red judía para vender estas enseñanzas suicidas a los romanos. Los judios lo hicieron con gran fuerza, alimentando a los romanos con ideas idiotas y autodestructivas como "ama a tus enemigos", "pon la otra mejilla", "vende todo lo que tienes y dalo a los pobres", "no resistas el mal", "no juzgues" y muchos otros consejos suicidas.
[Para complementar, los judios mantuvieron el antiguo conocimiento del poder de la mente y la manipulacion de la energía y usaron esto para empujar las absurdas ideas cristianas en los pueblos gentiles, mientras todo el tiempo trabajaban para eliminar este conocimiento de la población gentil y alejarnos de nuestros Dioses. El Nazareno fue inventado para distraer y nada más. La gente puso su fe en la idea de la salvación a través del Nazareno mientras perdía todos sus propios poderes. A través de generaciones, el alma gentil ha sido despojada de todo poder psíquico mientras esos judíos y sus títeres gentiles católicos/jesuitas en la cima han mantenido el suyo y el conocimiento antiguo que les permite usar estos poderes para esclavizar a las masas].
Cristo Nunca Existió.
Jesucristo no inventó ni fundó el cristianismo. Toda la evidencia que se puede obtener de un examen erudito de la historia auténtica apunta a una conclusión obvia: nunca hubo ningún Jesucristo deambulando en el año 30 d.c. o por ahí enseñando una nueva religión. Toda la historia fue inventada y elaborada mucho más tarde. Fue remendada con fábulas, mitos, pedazos de otras religiones, hasta que finalmente tuvieron un movimiento que atrajo al emperador romano Constantino. Fue este emperador romano, que tenía la mente de un criminal, (asesinó a su propia esposa e hijo, y a miles de personas) quien en el año 313 d.C. puso realmente en marcha el cristianismo. Los romanos, que siempre habían sido extremadamente tolerantes con todas las religiones, fueron ahora informados por un edicto del emperador Constantino de que el cristianismo era ahora la religión suprema del imperio, con exclusión de todas las demás.
El comienzo de la era cristiana encontró a Roma cerca de la cima de su civilización. Su supremacía, en el mundo entonces conocido, era prácticamente indiscutible y fue el comienzo de un largo período de paz. En concreto, la Paz Romana duró aproximadamente 200 años, a partir del reinado de César Augusto. Roma estaba muy alfabetizada, había muchos grandes escritores, eruditos, historiadores, escultores y pintores, por no hablar de otros destacados hombres de la filosofía y el saber. Sin embargo, es muy extraño que, a pesar de la gran conmoción y la fanfarria que supuestamente anunciaron el nacimiento de Cristo y también su crucifixión (según la Biblia), no encontremos ni un solo historiador ni un solo escritor de la época que haya encontrado tiempo para anotarlo en sus escritos. Fuera de los escritos bíblicos fabricados, ningún historiador romano, ningún escritor romano, y ningún escritor de obras de teatro romanas, ha dejado el más mínimo indicio de que tenía la más mínima conciencia de que este supuestamente más grande de todos los grandes estaba en su mismo medio y predicando lo que se afirma el más grande de todos los nuevos evangelios. Mientras que César dejó voluminosos escritos que aún hoy se conservan y que pueden ser estudiados por nuestros chicos de secundaria, el propio Cristo, que supuestamente tenía que entregar el mayor mensaje a la posteridad que el mundo haya conocido, no dejó ni el más mínimo trozo de papel en el que hubiera escrito una sola palabra. Esto, de hecho, la propia literatura bíblica lo confirma y sólo menciona que una vez sí escribió en la arena.
Hoy en día todavía podemos estudiar las grandes oraciones y escritos de Cicerón. Ha dejado más de 800 cartas que podemos estudiar hasta hoy. Podemos estudiar libros enteros de lo que escribió Marco Aurelio, podemos estudiar lo que escribió Aristóteles, lo que escribió Platón, y decenas de otros que fueron contemporáneos del primer comienzo de la era cristiana o lo precedieron, pero extrañamente no hay una palabra que esté por escrito que se pueda atribuir al propio Jesucristo. Además, los Griegos y los Romanos de esa época, e incluso antes y después, habían desarrollado el arte de la escultura hasta un buen estado. Podemos encontrar bustos de Cicerón, de César, de Marco Aurelio y de innumerables dignatarios griegos y romanos, pero a ninguno le pareció lo suficientemente importante esculpir una imagen de Jesucristo. Y la razón, sin duda, es que no había ninguno para modelar en esa época. No cabe duda de que había numerosos artistas y pintores cualificados en aquella época, pero, de nuevo, extrañamente, ninguno se tomó el tiempo ni el interés de pintar un retrato de este supuesto más grande de todos los maestros, que de hecho fue proclamado el "Hijo de Dios" venido a la tierra. Pero nunca se pintó a este hombre que, según se nos dice, reunió a grandes multitudes a su alrededor y causó gran consternación y temor incluso al propio rey Herodes de Judea. Ahora bien, todo esto es muy, muy extraño, cuando, si, como afirma la Biblia, el nacimiento de Jesucristo se produjo con gran fanfarria y grandes proclamaciones. Los ángeles proclamaron su nacimiento. Una estrella muy brillante señaló el lugar de su nacimiento. En Mateo 2:3 dice: "Cuando el rey Herodes se enteró de estas cosas, se turbó y toda Jerusalén con él". Difícilmente podemos deducir de esto que nadie se diera cuenta del hecho de que el Rey de los judíos, el gran Mesías, había nacido, pues se nos dice en el versículo anterior que los Magos se presentaron ante el propio rey Herodes diciendo: "¿Dónde está el que ha nacido Rey de los judíos, pues hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo?". Evidentemente, el acontecimiento fue incluso iluminado con una estrella brillante del cielo.
En cualquier caso, el rey Herodes, según se nos dice en Mateo 3, estaba tan preocupado que envió a los Reyes Magos a Belén para que buscaran diligentemente al niño para traérselo y así, sin duda, poder mandarlo a matar. A medida que se desarrolla la historia, nos enteramos de que José se enteró de esto y se escabulló silenciosamente en la noche, llevando consigo a su esposa, al niño pequeño y un burro, y partió hacia Egipto. Cuando Herodes se enteró de que había sido engañado, dice que "se enojó mucho y envió a matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo". Ahora bien, este es un acto tremendamente drástico para un Rey, es decir, haber asesinado a todos los niños de la tierra que eran menores de dos años. Una vez más, no podemos decir que el nacimiento de Jesús no fue anunciado,ni observado, según la historia de la Biblia. Sin embargo, es muy, muy extraño que este acto de Herodes, tan drástico y criminalmente duro como es, no está registrado en ninguna otra parte en las historias o escritos de cualquiera de los otros numerosos escritores de la época. Todo lo que tenemos son las afirmaciones de las personas que escribieron el Nuevo Testamento. De hecho, quienes escribieron el Nuevo Testamento inventaron tantas afirmaciones que son inconsistentes con los hechos que incluso cometieron un error bastante evidente al meter al rey Herodes en la historia. La historia nos dice que en el año 1 E.C., cuando supuestamente nació Cristo, Herodes llevaba cuatro años muerto. Difícilmente podría estar perturbado o muy enojado por el nacimiento de alguien en el año 1 E.C. Hay además una gran evidencia de que Mateo, Marcos, Lucas y Juan nunca escribieron ninguno de esos capítulos que supuestamente se les atribuyen.
Lo que la evidencia histórica que se puede desenterrar revela es que fueron escritos mucho más tarde, no en el momento en que Jesús supuestamente dijo todas esas cosas, sino en algún lugar alrededor de 30 a 50 años después por una persona o personas desconocidas. Además, cuando comparamos los cuatro primeros libros del evangelio entre sí, que supuestamente cuentan más o menos la misma historia, nos encontramos con que se contradicen en tantos detalles que basta con leerlos por sí mismo para distinguirlos. No tengo ni el tiempo, ni el espacio, ni la inclinación para entrar en todas estas contradicciones. Son demasiado numerosas.
Aún no Había Biblia en el 300 d.c.
En esta época el movimiento cristiano, aunque supuestamente tenía casi 300 años de antigüedad, todavía no tenía un texto escrito o "Biblia". Bajo la poderosa y dictatorial dirección del emperador Constantino se convocó una reunión de los padres de la iglesia en Nicea, una ciudad de Asia Menor. En esta reunión se arrastraron una serie de escrituras y escritos y se produjo una acalorada controversia durante un período de varios meses. Se consideraron, discutieron, argumentaron y revisaron muchos escritos. Algunos se revisaron, otros se reescribieron y otros se rechazaron. El paquete final que surgió del Concilio de Nicea fue lo que se llamó el Nuevo Testamento, un conglomerado contradictorio y demente de disparates. A él se le añadió el "Antiguo Testamento" judío. El movimiento cristiano tenía ahora una "Biblia", con Constantino como árbitro final. Cuando los obispos reunidos no se ponían de acuerdo, él amenazaba con traer a su ejército, que estaba fuera, para imponer su cumplimiento. Listo para aplastar toda la oposición. Constantino ejerció todos los poderes de su posición, financieramente, militarmente y en términos de aplicación legal para ahora promover el cristianismo y aplastar toda la oposición. El cristianismo estaba ahora en camino.
Los Judíos Tramaron el Cristianismo.
¿De dónde vinieron las ideas del cristianismo? Los judíos, que estaban dispersos por todo el Imperio Romano, han sido maestros manipuladores de la mente de otros pueblos desde los primeros comienzos de su historia. Siempre han estado en guerra con los pueblos anfitriones que han infestado como un parásito. Durante las Guerras Judías del 68-70 d.c., Roma sofocó la rebelión judía en Judea y arrasó Jerusalén, los judíos estaban sedientos de venganza. Buscaban una manera de destruir a Roma, la raza romana y su imperio total. Habían intentado la oposición militar y fracasaron miserablemente, pues no eran rival para los superlativos romanos. Buscaron una alternativa: la manipulación de la mente a través de la religión, y encontraron el credo adecuado en una secta religiosa relativamente poco importante llamada los esenios.
Los Esenios
Sin embargo, la evidencia es abrumadora de que estas ideas precedieron por mucho tiempo a la era cristiana y no fue Cristo quien salió con ellas sino una secta judía llamada los esenios que vivía en la frontera del Mar Muerto. Fueron ellos los que ya habían desarrollado las ideas contenidas en el Sermón de la Montaña pero que han sido atribuidas a Cristo. No sólo habían desarrollado las mismas ideas que se exponen en Mateo, Marcos, Lucas y Juan, sino que la redacción, la fraseología y las oraciones eran las mismas y precedieron a la supuesta época del Sermón de la Montaña entre 50 y 150 años. Los esenios fueron un grupo religioso judío que vivió aproximadamente entre el siglo I a.c. y el siglo I d.c. Tenemos importantes fuentes de sus escritos contemporáneos en el historiador Josefo y también en el filósofo Filón. También son mencionados por otros varios escritores romanos y griegos de aquellos tiempos en los que sus enseñanzas religiosas se revelan con bastante detalle. Sin embargo, en los últimos veinte años, los miles de rollos del Mar Muerto, muchos de los cuales fueron escritos por los propios esenios, revelan una enorme cantidad de información sobre sus enseñanzas religiosas y, sobre todo, revelan que precedieron y se adelantaron al Sermón de la Montaña palabra por palabra, de modo que las llamadas "nuevas" enseñanzas de una figura que supuestamente apareció del cielo en el año 1 E.C., y que predicó durante los años 3 a 33 E.C. no eran ni originales ni nuevas. Además, sabemos que los esenios se distinguían por su sociedad comunista, su extrema piedad y pureza y su práctica del celibato. Poseían todos sus bienes terrenales en común y consideraban la propiedad privada como un mal que podría desviarlos de la santidad. Se dedicaban a la agricultura y a la artesanía, considerando estas ocupaciones menos pecaminosas que otras. También practicaban el bautismo, y esta práctica precedió a la era cristiana en al menos cien años. Así que difícilmente se puede atribuir a los apóstoles cristianos el haber instituido el ritual del bautismo, como se pretende.
El lector promedio podría preguntarse ¿por qué no se nos ha hablado sobre los esenios si fueron los practicantes originales del cristianismo? Hay dos buenas y primordiales respuestas para ello. Los cristianos, por su parte, aunque los primeros padres cristianos conocían bien las enseñanzas y los escritos de los esenios, tomaron todas las medidas posibles para destruirlos y erradicarlos de circulación. La razón es que no querían que se conociera su presencia porque socavaría su dogma de que Cristo fue el originador de la nueva enseñanza. Haría imposible la afirmación de que se trataba de una nueva gran revelación enviada por Dios mismo en medio de hosannas y cantos de ángeles. Los judíos, por otra parte, no querían revelar la presencia de los esenios porque deseaban ocultar completamente cualquier conexión entre los judíos y la nueva enseñanza religiosa que estaban a punto de administrar a los gentiles. Incluso se esforzaron por parecer hostiles a ella. Antes de profundizar sobre los muy esclarecedores y muy interesantes Rollos del Mar Muerto, quiero hacer un solo punto más, y es que los manuscritos originales en los que supuestamente se basa el Nuevo Testamento siempre se alude a que se traducen del "Griego original". Puesto que el Nuevo Testamento repite una y otra vez que Pablo hablaba a su rebaño en judío y que Jesús hablaba en judío y que los Apóstoles eran judíos, ¿por qué, entonces, los manuscritos estaban todos en griego?. Los hechos históricos se suman a esto: la jerarquía judía y sin duda toda la conspiración estaba bien coordinada y tenía muchos, muchos miembros y colaboradores. No fue escrito en el tiempo de Cristo en absoluto, pero al movimiento le fue dada gran promoción por los esfuerzos combinados de la nación judía. Mientras se organizaban y promovían más sus ideas, éstas se redujeron a la escritura considerablemente después de los años 30 a 33 E.C. cuando Cristo supuestamente salió con estas sorprendentes y "nuevas" revelaciones. Las conclusiones son que fueron escritas por personas judías cuya identidad nunca conoceremos y que fueron escritas colectivamente por muchos autores, fueron revisadas de vez en cuando y no sólo en su formación y formulación original sino que han sido revisadas una y otra vez a lo largo de los siglos para convertirse en una propaganda más efectiva y persuasiva. Sin embargo, queremos profundizar en las enseñanzas de los esenios y en quiénes eran y por qué sus enseñanzas particulares fueron aprovechadas por los judíos para ser formuladas en un brebaje venenoso bien destilado y luego alimentado a los Gentiles.
Los Rollos del Mar Muerto, que son más numerosos y mucho más reveladores de lo que la prensa judía de hoy nos ha informado, nos dicen mucho sobre las enseñanzas y la vida de los esenios. Una de las cosas importantes que nos dicen sobre ellos es que desaparecieron de la faz de la tierra después de unos dos siglos de existencia y la fecha de terminación en algún lugar alrededor del año 100 E.C. Eran, no hace falta decir, sólo una secta muy pequeña de las tribus judías y no una parte de la conspiración judía como tal. Estando fuera de la corriente principal de la actividad y el pensamiento judío, los judíos, sin embargo, observaron de ellos que este tipo de enseñanza podía arruinar y destruir a un pueblo. Los judíos, buscando una forma de destruir a la nación romana, que en el año 70 E.C. había destruido y arrasado Jerusalén, observaron bien lo que eran estas enseñanzas y decidieron perpetuarlas en los romanos.
El esenismo era realmente una nueva forma revolucionaria de orden social, una mancomunidad cooperativa ideal en miniatura. En lugar del Mesías, el ideal de los esenios era el "Maestro de Justicia". Establecieron una nueva hermandad comunitaria cooperativa y fueron la primera sociedad religiosa en establecer y observar los sacramentos del bautismo y la comida eucarística. Además, el "Maestro de la Justicia", tal y como lo promulgaron los esenios, puede que no fuera el primer pacifista de la historia, pero fue el primero en aplicar sus teorías pacifistas con una medida práctica global, que si se adoptara de forma generalizada, aboliría la guerra. Esta, por supuesto, era una religión maravillosa para que los judíos se la vendieran a los romanos, ya que si convertían a los romanos en pacifistas sumisos, sin duda podrían dominarlos por completo poco después. Y así lo hicieron. Los esenios vivían en la zona de Qumrán, cerca del Mar Muerto, y según Filón, el filósofo y escritor judío contemporáneo de aquella época, "la hermandad esenia no permitía la fabricación de ningún arma ni permitía dentro de su comunidad a ningún fabricante de flechas, lanzas, espadas o cualquier fabricación de máquinas de guerra, ni a ningún hombre ocupado en una afición militar, ni siquiera en prácticas pacíficas que pudieran convertirse fácilmente en una travesura". No sólo Filón nos habla de los esenios, sino que también Josefo y Plinio, ambos historiadores contemporáneos, nos dicen mucho sobre los esenios. Como se mencionó antes, también se está descubriendo mucho a partir del estudio de los Rollos del Mar Muerto. El hecho primordial que surge del estudio de los escritos de los historiadores de la época y de los Rollos del Mar Muerto es este hecho tremendamente significativo:
A saber, que las creencias, enseñanzas y prácticas atribuidas a Jesucristo, aunque no son exactamente idénticas en todos los aspectos a las de la escuela esenia, estaban sin embargo, más cerca de las de los esenios que de las de los obispos del Concilio Ecuménico que determinó el Credo Niceno del cristianismo ortodoxo.
Así que podemos llegar a la conclusión obvia de que las creencias y doctrinas cristianas, tal y como supuestamente fueron enunciadas por Cristo en el Sermón de la Montaña, no se originaron en absoluto en esa época, sino al menos 100 años antes, en una secta judía llamada los esenios que vivía cerca del Mar Muerto; que los ancianos del Sanedrín reconocieron que esta enseñanza era mortal y suicida; que además tomaron esta doctrina y la destilaron y refinaron hasta convertirla en un credo operativo; los judíos entonces, con mucha energía y tremendas cantidades de propaganda (en la que sobresalen), promovieron y distribuyeron esta doctrina venenosa entre los romanos. La puesta por escrito de este credo en lo que ahora se llama el Nuevo Testamento evolucionó durante los siguientes siglos. Fue escrito por personas desconocidas para nosotros hoy, pero sin duda de origen judío. Además, para darle una deificación mística y celestial, inventaron la persona de Jesucristo, y afirmaron que era el "Hijo de Dios". Luego, habiendo sentado las bases de esta nueva iglesia, consolidaron ese poder en una reunión en Nicea, donde se solidificó la creación de la nueva iglesia, se formalizó el credo y se le dio la santificación oficial. Así, en resumen, fue lanzada la nueva iglesia y la nueva religión de "Jesucristo" que fue fabricada de la nada. No se puede encontrar ni un solo rastro del personaje de Jesucristo en la historia auténtica. Sin embargo, este nuevo engaño fabricado del Hijo de Dios, esta idea, con todas sus doctrinas suicidas, pronto iba a reducir a ruinas el gran Imperio Romano y la gran civilización Blanca que iba con él. Nunca más la raza blanca se sacudió el control de los judíos. Nunca más el Hombre Blanco recuperó el control de su propio pensamiento, de su propia religión, de sus propias finanzas, ni de su propio gobierno. Hasta el día de hoy la Raza Blanca no ha recuperado el control de su propio destino.
La Muerte de los Romanos.
Todos sabemos lo que le ocurrió a los Romanos poco después de ser "convertidos" al cristianismo. Con sus instintos apagados y su pensamiento pervertido para preocuparse por los fantasmas del cielo en lugar de luchar por su propia supervivencia y progreso, pronto se encogieron en el olvido. Desaparecieron de la escena de la historia. Pagaron la pena de dejarse mestizar y no reconocer a su eterno enemigo, el judío.
Tales son las consecuencias de no reconocer a tu enemigo, y, por supuesto, no puedes defenderte de un enemigo que no puedes, o no quieres, reconocer.
La biblia judeocristiana es una masa de contradicciones que tiene algo que decir positiva y negativamente sobre todos los lados de cada tema. Es como un instrumento musical: se puede tocar en él cualquier melodía que se desee. Escogiendo aquellos pasajes particulares que se adaptan a tu argumento e ignorando todos los demás pasajes que lo contradicen, puedes tener a Dios y a la biblia de tu lado para respaldar tu argumento, cualquier argumento, sea cual sea. Como los judíos han señalado a menudo, ellos siempre reclutan primero la ayuda de los predicadores estupidos para ayudar a difundir sus ideas corrosivas. Los pasajes que ahora se enfatizan son que "todos somos hijos de Dios", que "todos somos iguales a los ojos del Señor", que "todos tenemos un alma", que "Jesús vino a salvar a todos los pecadores", y un montón de tonterías similares.
[Los judíos son maestros de la argumentación. Ellos capitalizan en la enseñanza de tácticas de argumentación a sus jóvenes en sus Yeshivas (escuelas religiosas judías)].
Infiltración de los Judíos.
Más o menos en esta época, la propia Roma fue infiltrada por un pueblo extranjero que iba a resultar más mortífero, más traicionero y más tenaz que los cartagineses. Según una enciclopedia judía, los primeros relatos de asentamientos judíos en Roma datan del año 139 a.c., pero sin duda estaban allí mucho antes. Afirma que Roma es el asentamiento judío continuo más antiguo del mundo. A diferencia de los cartagineses, los judíos no eran una amenaza militar, sino más bien una enfermedad interna o un virus, que minaba y enfermaba a todo el cuerpo político, cultural, económica, religiosa, moral y racialmente.
Los judíos tenían una religión racial. La respuesta a la pregunta es la siguiente: los judíos entonces, como ahora, poseían una fuerte religión racial, y se han agrupado en torno a su religión con la raza como núcleo, durante los últimos cinco mil años. Ya hemos estudiado la importancia de una religión racial en el capítulo anterior y tendremos más que decir sobre esto en capítulos posteriores. En su rebelión contra los romanos, los judíos fueron totalmente devastados militarmente. Se dieron cuenta de que nunca podrían igualar a los romanos en un concurso de armas.
La Dispersión. Pero tenían otros factores a su favor. A diferencia de Cartago, no estaban congregados en un área geográfica específica. De hecho, estaban dispersos por todo el mundo romano, especializándose ya entonces en el comercio de esclavos, en las finanzas y alimentándose de las rutas comerciales. Entonces, como ahora, cubrían todos los centros neurálgicos del poder. La dispersión fuera de Jerusalén y Judea no debilitó sino que reforzó la infección judía en las líneas de vida del Imperio Romano.
Venganza Planificada.
Colectivamente planearon vengarse de los romanos, por quienes albergaban un odio intenso y patológico. De hecho, los judíos siempre odian lo mejor de la raza aria e instintivamente se lanzan a destruir lo mejor.
Como los judíos sabían que no tenían ninguna posibilidad de destruir a los romanos militarmente, conspiraron para utilizar su arma más poderosa: la manipulación de la mente, y eligieron la religión como vehículo para hacerlo.
Las Iglesias Cristianas.
Todos los credos y principios que el cristianismo ha propugnado durante los últimos 17 siglos han influido en nuestra forma de pensar hacia la reducción de nuestra raza. El cristianismo agita continua y perpetuamente en contra de los aptos y competentes y dirige nuestro interés y simpatía hacia la ayuda a los retrasados, los cojos, los ciegos, los pobres de espíritu, los imbéciles y los idiotas, mediante enseñanzas como "Bienaventurados los pobres de espíritu" (imbéciles); "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra". La idea misma de que todos somos iguales a los ojos de un fantasma imaginario no es más que otro refrito de la vieja patraña igualitaria judía de nuevo y debe conducir inevitablemente a la mezcla de razas.
La tendencia innata del hombre blanco hacia la compasión es el talón de Aquiles que ha sido su peor enemigo desde que el cristianismo judío conquistó y destruyó a los romanos. Mientras que todas las demás especies de la naturaleza rechazan y eliminan instintivamente a los inadaptados, la raza blanca hace estúpidamente lo contrario.
Los antiguos griegos practicaban la eugenesia. La idea de la eugenesia no es nueva. Los espartanos de la antigua Grecia, allá por el siglo V a.C., ya la conocían y practicaban mucho de lo que hoy proponemos.
Racistas Supremos Judíos.
Mientras que toda esta propaganda de mezcla de razas se dirige a los Gentiles, los judíos impulsan una línea completamente opuesta a su propio pueblo. Los judíos son semitas amarillos, tienen conciencia racial y son fanáticamente leales a los suyos, predican el distanciamiento racial a su propio pueblo. A través de sus sinagogas, a través de su propia prensa judía, a través de los miles de organizaciones exclusivamente judías, advierten fuertemente contra los matrimonios interraciales, contra los matrimonios interconfesionales. No a la mezcla de razas para los judíos. En resumen, el judío, mientras promueve viciosamente el bastardeo de la Raza Blanca, protege fervientemente a los suyos contra ella. En Israel, cualquiera que no haya nacido de madre judía es un goy, un no judío, un forastero, y no puede casarse ni ser enterrado en Israel, ni puede convertirse en ciudadano ni disfrutar de ninguno de los demás derechos civiles de un judío de nacimiento. La solidaridad racial está a la orden del día, tanto si un judío vive en Israel como en cualquier otra parte del mundo.
El judío es portador del gen alienígena reptiliano por vía materna, que es recesivo. Los rasgos de gárgola de las celebridades judías Rodney Dangerfield, Larry King, Bela Abzug, Don Rickles y muchos otros son evidentes. Para ser aceptado entre los ortodoxos (judíos conocedores), uno debe tener una madre judía. Los genes no coinciden y el pueblo judío está plagado de una serie de enfermedades raras como la "Tay Sachs", la enfermedad de Berger, la esclerosis múltiple y muchas otras. Los propios judíos incluso admiten que hay un gen común al que todos pueden ser rastreados. ENLACE
Policia de la Mente.
Dado que los judíos han estado llevando a cabo durante los últimos miles de años la conspiración más despiadada de la historia, es decir, la destrucción y la toma de posesión de todos los demás pueblos, han sido fanáticos hasta el punto de ser paranoicos en cuanto al espionaje y la recopilación de información sobre sus enemigos. Y esto es comprensible. Dado que el espantoso crimen que están perpetrando se basa en el secreto y el engaño, mantener la tapa de su conspiración es un negocio muy precario. Así que entran frenéticamente en todo tipo de dispositivos, organizaciones de espionaje y medios de recolección de inteligencia que asombrarían los límites de la mente gentil. Los judíos no sólo quieren saber lo que hacen sus enemigos (todo el mundo es su enemigo), sino también lo que podrían estar planeando. De hecho, en la medida de lo posible, quieren saber lo que todo el mundo está pensando antes de que ese pensamiento se traduzca en acción.
La L.A.D. (A.D.L.)
La L.A.D. (A.D.l.), abreviatura de Liga Antidifamación(Anti-Defamation League), está en Estados Unidos. Ostensiblemente, pretende salvaguardar los intereses judíos y evitar la propagación del "antisemitismo". Nunca se ha explicado por qué los judíos consideran esto necesario cuando los ingleses, los alemanes, los italianos u otros grupos étnicos consideran innecesarias tales salvaguardias. Pero en realidad la L.A.D. es mucho, mucho más que eso. Presumiblemente una rama de la B'nai B'rith judía, es realmente el principal centro de poder de este conjunto judío. En realidad es una poderosa y bien financiada operación de espionaje dentro de nuestras propias fronteras que no sólo reúne información sobre políticos, organizaciones cívicas, individuos diversos, sino sobre cualquier cosa y todo lo que siquiera sospechen que pueda hacer saltar la tapa de la conspiración judía. Tienen enormes archivos y ordenadores electrónicos que rivalizan con el F.B.I. y la propia C.I.A., y cualquier información que el F.B.I. o la C.I.A. puedan tener y que se considere útil para ellos es fácilmente suministrada a esta última.
Operación Censura.
Las actividades de la L.A.D. van mucho más allá. Son extremadamente activos en la politica -promoviendo a los que son utiles para los judios y destruyendo a los que pueden ser considerados como no cooperativos. También vigilan todos los libros, revistas, periódicos, todos los medios de comunicación, movimientos o lo que sea, cualquier cosa que pueda afectar a la conspiración judía, esto incluye casi todo lo que ocurre en este país. Plantan propaganda. Ellos inventan agresivamente, si es necesario, historias de noticias y las plantan en la corriente principal de los medios de comunicación: T.V., periódicos, etc. No sólo publican un gran número de artículos para su difusión, sino que también publican un gran número de libros que son favorables a Israel y a los judíos o que atacan con saña a sus enemigos.